Читать книгу Malestar en la civilización digital. Abordaje económico y filosófico онлайн
40 страница из 84
• Segmentación por listado de clientes: gracias a los listados de distribución de los correos electrónicos.
• Públicos similares: nuevos usuarios con centros de interés comparables a los de los visitantes de un sitio.
• Públicos principales: lugar, datos demográficos, centros de interés, comportamientos y conexiones.
• Públicos personalizados: gracias a listas de correos electrónicos.
• Públicos similares: nuevos usuarios con centros de interés comparables a los de los visitantes del sitio.
Las dificultades de regular las empresas
Esas desviaciones en la utilización de los datos que están en las manos de Facebook se deben en gran parte a la inadecuación del régimen jurídico de las plataformas digitales. El estatuto de esas interfaces por las que accedemos al mundo conectado y actuamos en él no refleja la amplitud de las cuestiones en juego ni el rol neurálgico que ellas tienen en nuestra vida cotidiana. (Trudel, 27 de marzo del 2018)
En varios países, las plataformas se benefician de un régimen jurídico que limita radicalmente su responsabilidad por todo lo que los “consumidores” hacen circular en sus redes. Ellas decretaron que, dada la gratuidad de sus redes, todas las informaciones intercambiadas les pertenecían, dando por sentado que el usuario otorgó su consentimiento (explícito o supuesto). Están en la envidiable posición de ser casi las únicas en captar el valor resultante de los movimientos de información en internet, sin ser responsables de nada. Por ello se limitan a remitir la responsabilidad de sus acciones al usuario, pues, según parece, es él mismo quien debería disciplinarse. Esta es una afirmación un tanto fácil, justamente en nuestros países, donde la responsabilidad de cualquier acto de comercio está sujeta a severas regulaciones de protección del consumidor.