Читать книгу Carrera Mortal онлайн
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Sí, era el momento de hacer eso. Más allá del tiempo. Jake asintió. Al menos Max lo necesitaría durante un tiempo, teniendo en cuenta lo mucho que la gripe había afectado a su amigo. Se lo debía al muchacho.
* * * *
Los segundos transcurrían mientras Silk O'Connor miraba a través de la mira de la Winchester Magnum 300. No era su arma habitual. Prefería algo un poco más cercano y personal en su trabajo como investigadora privada.
“¡Asesino!”
“¡Justicia para Ashley!”
Era el momento. La conferencia de prensa estaba comenzando. Se movió de su posición prona y se estiró más sobre su estómago, moviendo su cuerpo ligeramente hacia adelante.
Había mantenido la postura durante la última hora con el rifle apoyado en las patas del bípode, situado a ochocientos sesenta metros del Tribunal Superior de Los Ángeles, la entrada del juzgado Stanley Mosk de la calle Grant, con sus distintivas figuras de terracota. Habían sido diseñadas para representar los Fundamentos de la Ley, la Carta Magna, el Derecho Común inglés y la Declaración de Independencia, pero hoy los hombres de honor con túnica clásica que se alzaban tan noblemente en defensa de la justicia habrían querido arrastrarse fuera de esa fachada si supieran cómo el concepto había sido comprado y pagado en el juzgado que tenían bajo sus pies, por un rico ultra corrupto.