Читать книгу El misterio de los días. Claves para sanar y reinventar la vida онлайн
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Encendí la luz de la lámpara sobre el velador, por la ventana el zumbido del viento movía las ramas de los árboles. Dije en voz alta: “Gracias, tatarabuelo, haré todo lo que pueda”.
Me quedo en silencio. Anoto para no olvidar. El espíritu da vida a la materia, sin espíritu seríamos un atado de carnes y huesos. En ese punto está lo esencial y desde ahí, aunque diversos, todos estamos unidos por esa energía cósmica que nos abraza.
Despertar esa chispa divina, ser consecuentes con nuestra propia divinidad poniendo lo mejor de nosotros al servicio de todos. Una idea maravillosa que me ha motivado largo tiempo. Años atrás había querido hacer un centro de sanación, una clínica del alma entre los cerros de la cordillera de los Andes, cerca de Santiago de Chile.
El proyecto implicaba invitar a diversas personas a trabajar y compartir. Reunir una verdadera familia espiritual para el servicio planetario. No resultó, pues cada uno estaba absorto en lo suyo, no estábamos preparados o quizás simplemente no era el momento o el lugar.