Читать книгу 100 años de periodismo en el Perú. 1900-1948 онлайн
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El ministro de Gobierno ordenó que Aramburú quedara a disposición del Juzgado del Crimen. Desde la cárcel, escribió el inculpado un editorial altivo en el que protestó en nombre de los fueros de la prensa y desconoció la jurisdicción del magistrado que tenía la causa a su cargo […]. Se le ofreció la oportunidad de salir si pedía su libertad bajo fianza; pero se negó a ello y sostuvo que solo reconocería al jurado de imprenta, por el delito, si lo era, de haber acogido una denuncia en su periódico (Basadre XI, 2005: 87).
Ventilado el caso en la Corte Superior y luego en la Suprema, el notable periodista fue absuelto porque se reconoció, ya entonces, que no había encubrimiento en quien acoge una información en un periódico.
Este episodio merece un lugar en la historia del Perú. Aramburú triunfó en su negativa valerosa a aceptar el fuero común para lo que él creía un simple delito de imprenta, si lo había. Quedó demostrado, al mismo tiempo, que los hechos denunciados no eran sino una alarma de los vecinos. El Poder Judicial evidenció su independencia. El debate se hizo en público. El Gobierno, después de su enérgico gesto inicial, acató, frente a uno de sus enemigos más temibles, la sentencia de la Corte Suprema y el voto de la opinión (Basadre XI, 2005: 87).