Читать книгу 100 años de periodismo en el Perú. 1900-1948 онлайн
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La guerra civil trajo, entre otras consecuencias, la creación de nuevos impuestos y el aumento de los existentes, contribuciones extraordinarias, clausuras de puertos, incomunicación entre la capital y el interior del país, restricción en las operaciones mercantiles, dificultades en los pagos, desconfianza general […]. Abundaban los pasquines virulentos y a veces infames; uno llevaba el inconcebible título El Esqueleto del Tuerto. Otras hojas clandestinas eran La Mano Oculta, Boletín del Pueblo y la serie titulada Si Te Pica, Ráscate. Las prisiones, persecuciones, levas y requisas eran frecuentes (Basadre XI, 2005: 21).
¿Pero quién apoyó a quién en la revolución que confrontó a Piérola y Cáceres, los dos caudillos de la reconstrucción del país?
A fines del siglo, seguían siendo editorialmente civilistas El Comercio, La Opinión Nacional y El Nacional. Pero cuando se instaura la Coalición Nacional —es decir, la hasta entonces impensable alianza civilista-demócrata—, La Opinión Nacional y El Nacional respaldaron a Cáceres, se colocaron en la oposición a Piérola y acusaron a El Comercio de “pierolista”, de apoyar a quien lo había perseguido. También lo acusaron de manipular las sanciones (una multa de 1500 soles de plata) que en agosto de 1894 le aplicó el prefecto de Lima al decano por infracción al Reglamento de Moralidad Pública y Policía Correccional (ssss1).