Читать книгу Informe 2084. Una historia oral del Gran Calentamiento онлайн
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¿Cuándo comenzó a notar cambios en la selva tropical a su alrededor?
Recuerdo que fue en el verano cuando cumplí 11 años. Durante mucho tiempo, nuestra tribu había olido el humo de los incendios, algunos provocados por relámpagos, pero muchos encendidos por colonos que quemaban el bosque para poder plantar sus cultivos o criar ganado en la tierra. Cada año parecía haber más humo y los incendios se acercaban. Pero ese verano (Soares: Era 2005, según su calendario), todo el cielo se volvió negro y permaneció así durante meses. Nos costaba respirar y tosíamos constantemente. El sol sólo podía asomarse de vez en cuando. El humo hacía que pareciera que las profecías de nuestros chamanes se estaban cumpliendo. Nos preguntamos si podría arder el bosque entero. No lo sabíamos, pero ya no parecía algo imposible. Aunque los incendios no llegaron a nuestro territorio, supimos que podrían llegar algún día. Y, si lo hacían, no tendríamos forma de escapar y no habría otras personas para ayudarnos.
Tal como habían profetizado los chamanes, los grandes incendios fueron sólo el comienzo de nuestros problemas. Cada año caía un poco menos de lluvia, hacía un poco más de calor, se quemaba más bosque y crecían menos árboles para reemplazar a los que ardían. No había suficiente agua para los cultivos, y los que prosperaban a menudo se marchitaban y morían. Los ríos comenzaron a secarse y muchos se volvieron poco profundos para navegarlos. Al principio, veíamos algunos peces muertos flotando en la superficie, luego, a medida que el río se encogía, vimos más y más, hasta que a veces la superficie entera estaba cubierta de orilla a orilla con los cadáveres de los peces. Luego, los ríos siguieron encogiéndose hasta que no quedó agua para nuestras canoas, y en los cauces de los ríos creció la hierba. Ahí donde habíamos flotado durante generaciones, ahora podíamos caminar.