Читать книгу Malestar en la civilización digital. Abordaje económico y filosófico онлайн
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Otros usan también la expresión uberización, en referencia al modelo económico de Uber que constituye un buen ejemplo de dicho fenómeno. En efecto, la única manera de comunicarse con la empresa de transporte es pasando por la aplicación Uber.com, que administra el conjunto de la operación y de la utilización del servicio de taxi. Los conductores ahora trabajan para la plataforma, que establece, a través de un algoritmo numérico, las condiciones de trabajo, el precio del servicio informático y del recorrido, y comunican los pedidos de los clientes indicando el mejor trayecto; los clientes, por su parte, reciben sus instrucciones para tomar el auto y pagan el precio fijado. De ello resulta que la empresa “desaparece” en provecho de una organización tecnocrática sin alma y sin responsabilidad alguna más que la que determina el contrato establecido por ella misma. Uber X o Uber BV2 es una entidad aparte de la empresa Uber y puede no sentirse responsable de sus trabajadores (que, además, son considerados como trabajadores autónomos, sin seguros, sin fondo de pensión, sin licencia por enfermedad, etcétera). En Montreal, Uber X no quiere ser regulado por la Oficina del Taxi de Montreal (BTM, por sus siglas en francés); es un servicio, según afirma, y no una empresa con responsabilidades sociales. Airbnb es una plataforma de la misma naturaleza que perturba la industria del turismo. Sin regulación estatal, esas empresas operan como en la era del capitalismo salvaje: sin obligaciones sociales, únicamente con las reglas que se fijan ellas mismas o que el mercado les dicta.