Читать книгу El Tigre del Subte . Y otros cuentos del encierro онлайн
17 страница из 41
Al día siguiente Nadia tomó el subte hacia la facultad, con la ilusión de encontrar de nuevo a Daniel, su inusual compañero de risas. Pero no fue así.
Al terminar las clases volvió a la central de objetos perdidos. El encargado de turno le dijo:
—Debe volver mañana...
Los trabajadores del subte murmuraron por mucho tiempo sobre las motivaciones de la chica. Ese tipo de rastreo no era muy común, en general los objetos más buscados por sus dueños suelen tener valor económico, pero una simple libretita representaba un misterio. Después, con el paso del tiempo, se fueron acostumbrando a las visitas de Nadia.
Ella terminó la facultad viajando todos los días en subte. Subiendo cada día a un vagón diferente. Y de forma reiterativa, durante tres años, al salir de clase, volvió a la central donde ya todos la saludaban cariñosamente. La misteriosa búsqueda ya no les generaba preguntas, la presencia de Nadia se volvió normal.
Ella padecía una extraña enfermedad: el síndrome de Moebius, un desorden que le paralizaba los nervios de la cara que controlan la sonrisa. Hasta ese encuentro, ella nunca en su vida había sonreído.