Читать книгу Homo Falsus. El discreto engaño de la economía онлайн
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La cosa es un poco distinta en el caso de las empresas. Allí las decisiones no se toman de manera inconsulta y atolondrada, sino a partir de una planificación explícita basada en consultas previas a especialistas con una larga experiencia en el rubro al que se dedican. Las empresas conocen su negocio y están presionadas continuamente por la competencia, por lo que seguramente toman decisiones mucho más racionales que los consumidores. Más aun, las decisiones más importantes son debatidas y votadas por varias personas, lo que suele acotar la aparición de sesgos.
Si es cierto que los consumidores cometen fallos, y si esos fallos son menos comunes en el caso de las empresas, entonces la predicción es que las firmas aprovecharán esta asimetría de racionalidad, y literalmente tratarán de desplumarnos. Este es el aporte conceptual de Akerlof y Shiller. Sin necesidad de hablar raro, escribir ecuaciones intrincadas, citar bibliografía aburrida, demostrar teoremas irrelevantes o hacer estimaciones econométricas de difícil interpretación, los autores logran dejar una marca en el terreno más preciado de la teoría económica tradicional. Adam Smith se hizo famoso por su conjetura de que debemos el pan en nuestra mesa al egoísmo del panadero. Lo que Smith quiso decir con esto es que, en un contexto de libre mercado, se produce una compatibilidad muy conveniente entre la actitud materialista de los individuos por un lado, y la producción y distribución eficiente de los recursos por el otro. Donde haya una necesidad habrá un precio mayor, y por lo tanto una oportunidad de beneficio que algún oferente aprovechará si provee los bienes y servicios que satisfacen esta necesidad. La teoría económica ha decidido llamar a este robo descarado “apropiación del excedente del consumidor”. Genios de la metáfora.