Читать книгу El misterio de los días. Claves para sanar y reinventar la vida онлайн
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Así se inició una amistad y aprendizaje que perduró para siempre.
La magia del día brilló claramente en este encuentro de almas.
Arya venía de una familia india asentada en la ciudad, muy tradicionalista, una parte vivía en Inglaterra y la otra en Kenia. Estaba casada con un hombre, Jaidev, también de familia india, que tenía dos hijos a los cuales Arya había adoptado como propios.
Hablaba varios idiomas, era una mujer elegante, muy artista, tenía un negocio en el que vendía telas y ropa diseñada y estampada por ella.
Nuestro encuentro parecía concertado con anterioridad, en el momento justo en el que debíamos estar y en el mismo lugar.
Algo en nuestro interior resplandecía, como si fuéramos cercanas.
La apertura en nuestro corazón permitió que pudiéramos reconocernos desde esa ventanita mágica que se abre cuando la vibración de la otra persona emite su magnetismo y sentimos que ya nos conocíamos.
Arya buscaba una maestra espiritual y terminó por ser ella mi maestra en todo sentido.
Comenzamos a reunirnos dos veces por semana, yo le enseñaba reiki y conversábamos sobre la nueva era y los maestros espirituales de Oriente y Occidente. Ella también me corregía la forma de hablar inglés y mi mala pronunciación.