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—Esto debería de valerle.
Parecía una telaraña de escritura infantil. Slim la miró, esperando desentrañar algo legible o comprensible. Al no conseguirlo, miró de nuevo a Croad.
—Tal vez me pueda explicar esto —dijo.
Croad golpeó un garabato que podría decir cualquier cosa.
—Shelly Holland. La madre de Den.
—¿Casada de nuevo?
—Nunca lo estuvo. Extramatrimonial. Den tomó el apellido de su padre solo para mortificarla.
—Oh. ¿Dónde la puedo encontrar?
Croad se puso en pie. Agitó una mano hacia la cazadora de Slim colgada en el respaldo de una silla y se dirigió hacia la puerta.
—Ahora mismo le llevo. Si ella sigue allí.
Tomaron el coche de Croad, pero en menos de dos minutos se volvieron a bajar, al aparcar Croad en un seto descuidado fuera del cementerio. Había enfrente una hilera de casitas al otro lado de un camino de grava con hierbajos, más deteriorado de lo que Slim habría esperado para unas propiedades tan potencialmente lucrativas.
—¿Ozgood también es el dueño de esto? —preguntó Slim.